Otro Mundo es Posible

Hoy, la velocidad de los cambios tecnológicos es exponencial y está teniendo efectos colaterales negativos importantes, ya que no se corresponde con la velocidad de los cambios éticos, culturales y emocionales que debieran ir paralelos.

Rafael Calbet Carrillo

1/6/20253 min read

El mundo avanza muy rápido y no lo estamos soportando.
El mundo avanza muy rápido y no lo estamos soportando.

El mundo está viviendo hoy un cambio de época, no una época de cambio, tan profundo como fue el Renacimiento para la Edad Media. Hoy, la velocidad de los cambios tecnológicos es exponencial y está teniendo efectos colaterales negativos importantes, ya que no se corresponde con la velocidad de los cambios éticos, culturales y emocionales que debieran ir paralelos. Los cambios hoy son más rápidos que nuestra capacidad da adaptarnos a ellos, por muy acelerados que caminemos por la vida. Eso genera una sensación de prisa y ahogo permanente en muchas personas. Hoy en día, la humanidad es esclava de la tecnología en lugar de haberla puesto a nuestro servicio. Paradójicamente, en esta época de culto tecnológico y redes, la gran crisis de la humanidad es una crisis de soledad.

En este contexto surge un cansancio existencial, un cansancio moral* que es generado por espacios familiares, sociales o políticos, que se han vuelto asfixiantes, opresores, fanáticos o violentos, donde resulta más complejo encontrar la energía y el sentido para perseguir sueños de convivencia y bienvivir.

El culpable de esto es un virus, que denominamos DES**, y que toma diversas variantes, más o menos tóxicas: DESconfianza, DESconcierto, DESánimo, DESaliento, DESconsuelo, DESesperanza y, quizás el más letal de todos, la DESesperación. Su carácter común es que todos tienden a DESTRUIR nuestros recursos y energías para el Bienvivir.

Si bien nadie nace contagiado, tampoco ninguno somos inmune a quedar infectados. Sin duda, hay personas más propensas que otras a contagiarse de un entorno afectado por el virus. Emocionalmente, todos nos sentimos afectados por alguno en diversas circunstancias. El peligro es que se instalen como un Estado de Ánimo, más profundo y permanente.

Pero entonces, ¿dónde quedan las buenas noticias? Si bien siempre será beneficiosa la ayuda de otras personas o entornos menos aquejados del virus, quizás no sea suficiente. La solución, la auténtica vacuna, radica en generar, de dentro hacia fuera, procesos autoinmunes que impidan ser propensos a esta infección tan generalizada. Nuestro poder reside en nuestras creencias y propósitos. La creencia de que podemos cerrar la puerta al virus, y la energía de desearlo con todas nuestras fuerzas. CREER Y QUERER son los antídotos a cualquier tipo de infección moral. Somos seres muy poderosos.

También somos relacionales y el bienvivir tiene que ver con nuestra capacidad para generar vínculos sólidos y nutritivos con otras personas. Y de esa certeza nace precisamente el antivirus, que llamaremos CON***, y que también tiene muchas mutaciones: CONvivir, CONsolar; CONectar, CONvidar, CONfiar, COMpartir, CONversar… Su característica en común es que todos contribuyen a CONSTRUIR. Construir vínculo, vida, relaciones, esperanza, Bienvivir.

Ya decía Einstein que solo hay 2 tipos de energías en el mundo, las que construyen y las que destruyen. No hay energía neutra. En este reto que supone vivir, vamos a alimentar entonces el virus o antivirus donde pongamos nuestra energía. La decisión es personal. Ojalá la elijamos conscientemente, en lugar de dejarnos simplemente arrastrar por las circunstancias, cuando son adversas. Sabemos que el antivirus nace en nuestro interior, pero se alimenta de las relaciones con los demás, porque somos seres relacionales. Por eso, una vez sanado, cualquiera puede convertirse en un poderoso generador de espacios saludables que contribuyan a ayudar a otros, a construir una sociedad más inteligente emocionalmente, donde toda forma de desarrollo y progreso esté orientada al Bienvivir de todos.

Ciertamente, otro mundo es posible, y empezamos a construirlo cada uno tomando la firme decisión de ser activos generadores y difusores de Esperanza y voluntad, al servicio de la convivencia y el Bienvivir.